Hace un año por estas fechas, hacia finales del año 2019, el mundo entero comenzó a ser amenazado por un virus que se expandió desde China hasta convertirse en una pandemia mundial. Su propagación entre los humanos lleva registrados millones de contagios y casi dos millones de muertos, dejando en algunas personas graves secuelas a causa de la enfermedad que genera, llamada COVID-19. Para colmo, una de sus mutaciones descubierta en el Reino Unido hace pocos días ha demostrado un poder de contagio mucho mayor, por lo que debemos extremar las precauciones para evitar contagios (lo que no significa que sea mas peligroso para la salud).
Durante el año 2020 una pandemia ha dejado un rastro desolador que ha puesto de nuevo de manifiesto la fragilidad del ser humano, aunque también ha demostrado nuestra fortaleza. En esta ocasión, además de tener los medios y los conocimientos para saber cómo funciona este virus, los científicos, apoyados en la alta tecnología desarrollada por e, han sido capaces de dar con la forma de derrotarlo.
Puede parecer magia o parecer imposible, o poco probable, que en tan poco tiempo se hayan podido desarrollar una serie de vacunas eficaces y seguras destinadas a liberar a la humanidad de esta pandemia y se pueda ir recuperando la normalidad anterior. Pero lo cierto es que la “magia” de la ciencia para elaborar estos productos consiste en invertir ingentes cantidades de recursos en su desarrollo y someterlas a miles de pruebas para garantizar su funcionamiento y su seguridad, con el fin de obtener la aprobación de la Comunidad Científica y de las Autoridades para ser distribuida y administrada entre la población.
Si todo eso confluyó demostrando su buen funcionamiento, no tiene por qué haber riesgo alguno. Hay mucho en juego y no podemos fallar. Ir contra esta verdad y negar la evidencia de los beneficios de las vacunas puede poner en peligro la eficacia de las campañas de vacunación que se han puesto en marcha en varios países. Desconfiar ahora de los avances científicos y tecnológicos, de la seguridad demostrada de las vacunas, sería como retroceder en el tiempo hasta cuando la ciencia estaba en manos de charlatanes que se aprovechaban de la ignorancia de la gente que les escuchaba e incluso compraba sus inútiles remedios.
Por tanto, la Federación Española de Donantes de Sangre apoya totalmente las Campañas de Vacunación puestas en marcha por los distintos países, y mas concrétamente en España, como medida eficaz para proteger a la población contra la COVID_19. Nos unimos a las recomendaciones de la Comunidad Científica y de las Autoridades Sanitarias y Gubernamentales Nacionales e Internacionales para que toda la población seamos conscientes de la importancia de esta Campaña Mundial de Vacunación y acudamos sin temor cuando seamos convocados.
Plasma Hiperinmune
Del mismo modo estamos convencidos de que la misma Ciencia que ha puesto a nuestra disposición la ansiada vacuna, también ha demostrado hace tiempo que el plasma sanguíneo generado por los enfermos de COVID_19, llamado Plasma Convaleciente o hiperinmune, resulta eficaz en enfermos graves de esa misma enfermedad. En muchos hospitales muchos enfermos consiguen salir adelante gracias a la generosidad de otras personas que han donado su plasma cargado de anticuerpos, y que resulta ser una buena herramienta con la que los facultativos trabajan a diario en su lucha por salvar vidas.
En la Federación Española de Donantes de Sangre apoyamos y fomentamos siempre cualquier forma de donación, y en estos difíciles tiempos lo hacemos de forma decidida fomentando también la Donación de Plasma Convaleciente o Hiperinmune. Pedimos a quienes por fortuna se recuperan de la COVID, y que generan tan valioso plasma, sean generosos para con quienes sufren de gravedad esa misma enfermedad y se informen de esta posibilidad de donación…y donen.
Gijón, 28 de diciembre de 2020
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Publicado por fedsang
Fomento de la donación de sangre de forma voluntaria y altruistra en España
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