Una pandemia de inusitada virulencia como la del Covid-19, que obliga a nuevas estrategias en todos los ámbitos de la sociedad, situa a la Ciencia Médica en el centro de la cuestión. La Medicina se ve impotente para tratar a los numerosos pacientes graves, unido al colapso de la actividad sanitaria, en un escenario inédito. Una situación de emergencia en el que la Ciencia debe reflexionar y tomar ejemplo del extraordinario esfuerzo y entrega del personal sanitario y de otros servicios esenciales. Incluso del conjunto de la sociedad obligada al confinamiento.

La respuesta no puede limitarse a la producción en masa de mascarillas protectoras y respiradores o la obtención de una vacuna. La situación actual obliga a rebuscar con valentía nuevas alternativas terapéuticas. El tejido pulmonar es el órgano mas expuesto a la infección por coronavirus. Se trata de un órgano expuesto directamente al medio ambiente que contiene microorganismos, agentes tóxicos y contaminantes. Se estima que en la actualidad mas de 500 millones de personas en el mundo sufren alguna enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Aunque los humanos tenemos diversas defensas pulmonares, no siempre resulta suficiente protección ante las agresiones a las que estamos expuestos a lo largo de la vida. Al contrario, esos mecanismos de defensa sobreactuan provocando una hiperrespuesta inflamatoria hacia nuestros propios tejidos. Esta hiperactividad de nuestras defensas es una de las claves en la infección por coronavirus, para lo cual las terapias actuales no están demostrando la necesaria eficacia.

Existe otro tipo de de células presentes en todos los tejidos del organismo, incluido el pulmonar, denominadas células madre mesenquimales que actuan como control de proliferación de células programada y tienen potentes propiedades antiinflamatorias. De hecho, en muchas enfermedades, incluyendo las pulmonares, se han detectado alteración de estas células lo que ha motivado investigaciones y experimentos sobre la aplicación de céluas madre para enfermedades pulmonares, con resultados positivos registrados también en pacientes graves de Covid-19 que hay que tomarse con la debida prudencia. Se debe seguir indagando en el mundo de la ciencia de las células madre con ideas e iniciativas que ayuden a afrontar esta y futuras crisis de salud.
Las células madre generan un coctel de sustancias de efecto beneficioso. La utilización directa de estas sustancias podría ser una alternativa factible y de fácil almacenamiento, son mas económicos y practicos para la aplicación clínica. Podrían ser elaboradas anticipadamente en grandes cantidades para su utilización en situaciones de emergencia.

Por su potencia biológica, no todas las células madre son iguales, lo que explica en parte los resultados dispares en algunos ensayos clínicos, incluso en función de cada individuo.
Se abre la esperanza a la posibilidad de una medicina regenerativa, basada en las células madre, al alcance de todos. Esta crisis obliga a la Ciencia y a la Tecnología a apurar posibilidades para las soluciónes de hoy y de mañana. Incluso cabría pensar que los donantes de sangre o de plasma serán los que aporten la materia prima que se necesita para seguir curando enfermedades como ya se hace desde hace tantos años, o de forma mas específica como ya se investiga en estos momentos con el plasma convaleciente original de los enfermos que superan el Covid-19, y que ya mencionamos en otra publicación aquí .
Un comentario en “Células madre mesenquimales: Las «otras» células madre de la médula ósea”