
– La falta de sangre era la causa, cada día, de la muerte de muchas personas que “se quedaban en los quirófanos” o en los paritorios o en las urgencias por falta del líquido vital que les salvara –
Karld Landsteiner. Premio Nóbel de Medicina en 1930 por descubrir los grupos sanguíneos. Sistema ABO.
En España, la donación altruista de sangre la inician las Hermandades o asociaciones de Donantes de Sangre en los años 60 partiendo de cero absoluto. Hasta ese momento las necesidades se cubrían de forma precaria e insegura a través de bancos de sangre privados pagando la sangre a los que la vendían.
Las Hermandades nacen entre 1965 y 1972 en todas la ciudades españolas situándose al lado de los Bancos de Sangre de los Hospitales de la Seguridad Social. Su objetivo era claro y contundente: Acabar con esta lamentable situación propiciando la donación de sangre voluntaria y no remunerada.
La irrupción del nuevo movimiento asociativo contó con la resistencia interesada de los bancos de sangre privados que veían peligrar su negocio como así fue. Además de esa resistencia había que “obligar” a la Administración a que legislara en este sentido, algo que sin mucho entusiasmo, lo hizo. De todos modos, a finales de los años 70 ya se había conseguido un índice de donaciones de 18 cada mil habitantes/año, insuficiente pero esperanzador. La penetración y el conocimiento entre la sociedad fue lento y complejo al tratarse de un tema casi misterioso que venía arrastrando tabúes y sujeto a viejos atavismos sociológicos, religiosos y de todo tipo.
Las Hermandades y los Donantes en ellas encuadrados trabajaban sin descanso en una línea imparable, con escasos apoyos, pero aún así se consiguió la prohibición por Ley de pagar la sangre y lo que es mas importante, cobrarla a los enfermos a los que se les transfundía. Otro aspecto nunca bien valorado es que la estructura humana del movimiento de los Donantes de Sangre, por su extensión en el conjunto de la sociedad, fue quien primero fomentó, propició y ejerció una concienciación ciudadana hacia los “otros tipos de donación” especialmente la de los órganos para trasplantes, tejidos, médula ósea, etc.
Todo este movimiento asociativo que se desarrolló con éxito durante décadas tiene continuidad en nuestros días, y muchas de las Asociaciones y Hermandades de Donantes de Sangre continúan funcionando. Sin embargo, al tratarse de asociaciones sin ánimo de lucro, estas dependen para su funcionamiento de instituciones y organismos públicos que, en algunos casos, no entienden la importancia que tienen estas organizaciones para la divulgación y la concienciación de la donación de sangre entre la población tratándolas con un cierto desprecio que puede acabar con su total desaparición, como así ha ocurrido ya en la Islas Canarias o Melilla recientemente.
Donde antes eras las organizaciones de donantes de sangre quienes organizaban todo lo necesario para captar donantes y organizar «colectas» o actos de donación, son desde hace unos años los Centros de Hemodonación, dependientes de las Consejerías de Sanidad autonómicas, los encargados de todo el proceso dejando para las Hermandades y Asociaciones de Donantes de Sangre las divulgaciones y la celebración de actos públicos y multitudinarios donde los donantes de sangre que alcanzan ciertos números de donaciones son reconocidos con sus distinciones.

